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    Transformar el trabajo en la era GenAI

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    A raíz de la revolución de la IA generativa (GenAI), las empresas del Reino Unido se encuentran en una encrucijada entre oportunidades sin precedentes y desafíos inherentes.

    Paul O’Sullivan, vicepresidente senior de ingeniería de soluciones (UKI) en Fuerza de ventasarroja luz sobre las complejidades de este panorama transformador e insta a las empresas a actuar con cautela al tiempo que aprovechan el potencial de la inteligencia artificial.

    Oportunidades sin precedentes

    La IA generativa ha irrumpido en escena con una velocidad notable. ChatGPT, por ejemplo, acumuló 100 millones de usuarios en apenas dos meses.

    «Si pones eso en contexto, tomó 10 años llegar a 100 millones de usuarios en Netflix», dice O’Sullivan.

    Esta rápida adopción indica un cambio sísmico que promete un crecimiento económico sustancial. O’Sullivan estima que la IA generativa tiene la potencial contribuir con la asombrosa cantidad de 3,5 billones de libras esterlinas (4,4 billones de dólares) a la economía mundial.

    “Una vez más, si se pone esto en contexto, se trata de la misma cantidad de impuestos que recauda todo Estados Unidos”, añade O’Sullivan.

    Una de sus ventajas clave radica en impulsar la automatización, con la perspectiva de automatizar hasta el 40 por ciento de la jornada laboral promedio, lo que generaría importantes ganancias de productividad para las empresas.

    La brecha de confianza en la IA

    Sin embargo, en medio del entusiasmo, surge un desafío importante: la brecha de confianza en la IA.

    O’Sullivan reconoce que, a pesar de ser una prioridad absoluta para los ejecutivos de alta dirección, más de la mitad de los clientes siguen siendo escépticos sobre la seguridad de las aplicaciones de IA.

    Para abordar esta brecha será necesario un enfoque multifacético que incluya abordar cuestiones relacionadas con la calidad de los datos y garantizar que los sistemas de IA se basen en conjuntos de datos confiables, imparciales y representativos.

    “Las empresas han tenido problemas con la calidad y la higiene de los datos. Ésa es un área clave de atención”, explica O’Sullivan.

    Salvaguardar la privacidad de los datos también es primordial, y se necesitan medidas estrictas para evitar el uso indebido de información confidencial de los clientes.

    «Tanto los clientes como las empresas están preocupados por la privacidad de los datos; no podemos permitir que los grandes modelos lingüísticos almacenen y aprendan de datos confidenciales de los clientes», afirma O’Sullivan. «Más de la mitad de los clientes y sus clientes no creen que la IA sea segura hoy en día».

    Consideraciones éticas

    La IA también suscita consideraciones éticas. Las preocupaciones sobre las alucinaciones (cuando los sistemas de inteligencia artificial generan información inexacta o engañosa) deben abordarse meticulosamente.

    Las empresas deben enfrentar los sesgos y las toxicidades inherentes a los algoritmos de IA, garantizando equidad e inclusión. Lograr un equilibrio entre innovación y responsabilidad ética es fundamental para ganarse la confianza del cliente.

    «Una IA confiable debe cumplir constantemente las expectativas, cumplir los compromisos y crear una sensación de confiabilidad dentro de la organización», explica O’Sullivan. “Es crucial abordar las limitaciones y los riesgos potenciales. Tenemos que ser abiertos aquí y liderar con integridad”.

    A medida que las empresas adopten la IA, también será imperativo mejorar las habilidades de la fuerza laboral.

    O’Sullivan aboga por un enfoque proactivo, animando a los empleados a dominar el arte de la redacción rápida. Elaborar indicaciones efectivas es vital, ya que permite interacciones más rápidas y precisas con los sistemas de inteligencia artificial y mejora la productividad en diversas tareas.

    Además, comprender la jerga de la IA es esencial para fomentar conversaciones abiertas y permitir la toma de decisiones informadas dentro de las organizaciones.

    Un futuro colaborativo

    Fundamentalmente, O’Sullivan enfatiza un futuro colaborativo en el que la IA sirva como copiloto en lugar de reemplazar la experiencia humana.

    «La IA, por ahora, carece de capacidades cognitivas como la empatía, el razonamiento, la inteligencia emocional y la ética, y estas son habilidades empresariales absolutamente críticas que los humanos deben aportar», dice O’Sullivan.

    Esta colaboración fomenta un sentido de confianza, ya que los humanos actúan como control y equilibrio para garantizar el uso responsable de la tecnología de inteligencia artificial.

    Al abordar la brecha de confianza en la IA, mejorar las habilidades de la fuerza laboral y fomentar una colaboración armoniosa entre los humanos y la IA, las empresas pueden aprovechar todo el potencial de la IA generativa y al mismo tiempo generar confianza entre los clientes.

    Puede ver nuestra entrevista completa con Paul O’Sullivan a continuación:

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    Paul O’Sullivan y el equipo de Salesforce compartirán sus valiosos conocimientos en la edición de este año. Exposición mundial de inteligencia artificial y big data. O’Sullivan participará en un panel del primer día titulado ‘Tecnologías convergentes: trabajamos mejor juntos’.

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    Fuente: Transformar el trabajo en la era GenAI

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